Somos ¡Una!
Cuando os pregunten cuántas sois, decid: ¡Somos una!
Con estas palabras María Rivier nos recuerda que somos con los demás, que estamos llamados a tener un solo corazón, un mismo espíritu.
Vivir la unidad en la diversidad y en las diferencias, nos acerca y nos empodera. Nuestra fortaleza está en sentirnos familia o tribu llámalo como quieras, en sentir que somos un solo corazón.
Nuestra primera tarea es la del corazón que nos llevará a amarnos y amar, porque si no es así, la vida no es vida.
Amar es un riesgo porque es dar la vida, pero no amar es perderla.
Jn 17, 21
1 Co 12, 12-27