La pobreza
María Rivier nos muestra el rostro de Jesús en los humildes en la gente sencilla, en los pequeños.
La pobreza nos llama a ser esperanza, no solo a cubrir las necesidades básicas del que la padece. Dar lo que nos sobra es aceptar las injusticias y las desigualdades como algo normal y no lo es.
La riqueza es lo que somos no lo que tenemos, nuestra pobreza reside en vivir por y para tener.
Tiende tu mano a las personas aunque no tengan nada, abre tus ojos a la realidad, déjate conmover.
Para hacer de este mundo un lugar mejor en el que todos podamos vivir con dignidad hemos de cambiar nuestra manera de mirar.
1 Jn 4, 20-21
Is 58, 1-12