Oración siempre
“Aprended a conversar con Dios en lo más profundo de vuestro corazón” (María Rivier)
Ora en todo momento, cuando estés solo y en medio de la multitud.
Limitar nuestra relación con Dios a momentos puntuales, a espacios concretos, a liturgias, es desgajar a Dios de la vida, es separarlo, de manera que lo convertimos en un Dios a nuestra medida y su mensaje pierde sentido.
Dios habita en todas las personas. Vive intensamente esa presencia de Dios, reconoce la presencia de Dios en cada minuto y en toda circunstancia. Somos presencia de Jesucristo.
Lc 11, 1-4
Ef 3, 14-21