El 25 de agosto de 1902, Madame Sauvestre, esposa de Monsieur Louis Sauvestre, ingeniero principal de la Sociedad Minera Metalúrgica de Peñarroya, escribió a la Superiora General, Mère Sainte-Séraphine una carta para pedirle que enviara cuatro religiosas que se ocuparan de la educación y la instrucción de sus hijos y de 222 niños pequeños de empleados de las minas.
Las primeras hermanas de la Presentación de María salieron para España el 3 de noviembre de 1902 y llegaron a Peñarroya Pueblonuevo el 7 de noviembre del mismo año.
Comenzaron las primeras clases en francés, para los hijos de los ingenieros de las minas, abriendo con ello un periodo de prueba y una toma de contacto con las gentes del lugar, aunque el primer curso oficial no empezaría hasta un año más tarde el 16 de noviembre de 1903; En este mismo año se iniciarían también las clases en español a cargo de 3 religiosas que se incorporaron más tarde.
Su quehacer no se limitó única y exclusivamente a la labor educativa, sino que, abiertas a otras necesidades, prestaron gustosas sus servicios a los heridos en el Hospital de Sangre durante nuestra contienda civil, y atendieron también a los más necesitados con servicio de comidas y ropero.